Siempre pasa lo mismo cuando mis padres se van de viaje en un puente. En general no me entero demasiado, excepto durante tres momentos críticos del día: Desayuno, comida y cena, ya que mi habilidad cocinera es tendiente a cero.
Aunque no es nula, que quede claro. He llegado a hacer un huevo frito. ¡Y llegó entero al plato! Eso si, algo chamuscado pero tampoco hay que pretender ser tan perfeccionista. También "domino" la pasta. Bueno, más bien no la domino nada: O me quedo muerto de hambre o hay macarrones para tres días.
Dado mi poco entusiasmo por el asunto, sólo me queda recurrir a lo precocinado. Cualquier otra cosa sobrepasa mis capacidades. Hasta me cuesta decidir cuanto tiempo poner el horno. En el envoltorio pone entre 10 y 15 minutos: ¡Ya podrían ser más exactos! Asi que finalmente me decanto por 12,5...
Creo que se supone que hay que mirar si después de ese tiempo está listo o no... Nunca lo he hecho; tal y como sale me lo como. A lo mejor descubro que durante años he estado comiendo pizza semicruda, pero eso es secundario. Mientras sea rápido, fácil y quite el hambre me vale.
Sin embargo ultimamente tengo la sospecha que dejo de tener hambre más bien por asco que por cantidad suficiente de comida. De hecho hasta no me doy cuenta de la hora de comer / cenar porque empieza a echarme atrás esa masa congelada... Tenga la forma que tenga. Estoy convencido que es todo lo mismo, sólo que luego le dan formas distintas: Pizza, canelones, lasagna, quiche lorraine...
O por lo menos todo sabe igual. Creo que debería tomarme en serio avanzar más allá del huevo frito, aunque parece "harto complicado": Hoy quise descongelar algo de "Cordon Bleu" (O eso ponía en la caja; cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia). En las instrucciones decía: "Caliéntese abundante aceite..."
¿Abundante? ¿Pero cuánto es abundante? Por lo menos podían definir la unidad y luego decir si es "1 abundante", "2 abundantes" o "(3 + 4j) abundantes" (Número complejo). Por ejemplo: 1 abundante = 0,1 litros en el Sistema Internacional. Sino es imposible aclararse, igual que con los minutos de preparación en el horno...
Menos mal que a partir de mañana vuelve a haber comida normal, después de cuatro días insufribles... ¡Creo que no soy capaz de tragarme un sólo congelado más! Además debería indicar a mis padres que en interés de la salud de su hijo no se vayan tan a menudo...

El congelador... ¡Menudo panorama más apetecible!