Mi último viaje a San Sebastián me sorprendió. He estado innumerables veces en esa ciudad: al menos una vez al año desde que nací. Y aún así, en este viaje he descubierto un sitio nuevo cada día. Además, me di cuenta de que San Sebastián tiene muchos elementos de Rio de Janeiro, solo que a una escala mucho más pequeña. Ambas ciudades están rodeadas de montañas, ambas tienen una bahía espectacular, ambas tienen montes en la propia bahía a los que se puede subir para tener una vista impresionante, ambas tienen amplias playas, y ambas tienen un cristo que vigila la ciudad. Y aún así, ambas ciudades son únicas a su manera!

Las laminas de roca que salen del mar se llaman Flysch

En el Flysch se alternan capas de roca dura con capas más blandas

Las capas blandas acaban desapareciendo, resultando en laminas de rocas

En muchos lugares de la costa, el Flysch solo se ve con marea baja

La nueva temporada de Juego de Tronos se va a grabar en parte en estas playas vascas

A veces se mezclan distintos tipos de roca: en este caso, roca blanca y roca negra

Un altavoz vigila la playa de Zumaia, famosa por el Flysch

Vías de tren desde la terraza de la Tabakalera, el nuevo centro cultural de San Sebastian

La Tabakalera incluye Hirikilabs, que a menudo organiza actividades en la Euskal

El edificio es enorme: no pensaba que hiciera falta tanto sitio para fabricar tabaco

En una de las exposiciones de la Tabakalera había un antiguo proyector de cine

Balizas de entrada al puerto de Pasajes: la verde a la derecha, y la roja a la izquierda

Rompeolas a la entrada del puerto

En el extremo del rompeolas la gente pescaba con paciencia infinita

La ría de Pasaia tiene dos faros, pero solo llegamos al primero

Remolcador en el interior del puerto. Facal resulta ser el nombre de una empresa.

La playa de Ondarreta vista desde el Monte Urgull, al que nunca había subido antes

Barcos dentro y barcos fuera del puerto de San Sebastián

El Palacio de Miramar con el seminario y las montañas de fondo

El edificio blanco es el club naútico, con supuesta forma de barco

No pude evitar hacer esta foto, y no sin cierta envidia

El Monte Igueldo visto desde el Monte Urgull al atardecer

Las gradas para la regata de traineras al día siguiente ya estaban montadas

Puesta de sol sobre el Golfo de Vizcaya

Mirando al mar desde el paseo nuevo tras el atardecer