Analepsis

Seis años y medio más tarde, visité de nuevo Valencia. Los preciados recuerdos de mi viaje anterior estaban guardados y sellados en lo más profundo de mi memoria para protegerlos ante el paso del tiempo. Por ello, a primera vista apenas reconocí nada. Pero a medida que paseaba por las calles de la ciudad, los recuerdos volvían como destellos: aquella esquina, aquella puerta, aquel establecimiento... Y en una lluviosa y nublada tarde de Enero, estaba de nuevo en el muelle de La Albufera. En mi mente era un soleado día de Agosto y nos hacíamos una foto todos juntos ante el atardecer. Pero en realidad, el embarcadero estaba vacío.

Mi madre convirtió la foto original en un cuadro hace años