No creo que nunca llegue a ser un fan del fútbol. Sin embargo, ayer me ofrecieron una entrada y pensé "¿por qué no?". Además, nunca había estado en el Bernabéu, así que era una buena ocasión para verlo por dentro. Las dimensiones del lugar y el vértigo que da subir a las gradas más altas me dejaron alucinado. También me impresionó lo fluido que era el acceso a pesar de la cantidad de gente. Lo que no llegué a asimilar era el ángulo de visión sobre el campo de juego: por mucho que me esforzara, no lograba predecir donde iba a caer la pelota una vez que volaba :D Y eso que con las gafas nuevas podía leer hasta los números de los jugadores ;-)
Me gustó la experiencia :) Foto (cc) por Darrell Arnone
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