La mayoría parecían estudiantes de arquitectura. En cierta manera, eso era de esperar. A pesar de que el Open House hubiera atraido principalmente a un público bastante específico, ahí había una cola de cien personas para entrar a ver el edificio de la Fundación Francisco Giner de los Ríos. Tras esperar tres turnos de treinta personas cada uno, al final entramos. Un voluntario nos guió primero por el jardín, luego por el patio, y finalmente nos llevó al auditorio que se esconde debajo del patio. El lugar es un filón para fotos. Las mías fueron un tanto aleatorias ya que la visita fue muy corta, pero alguna salió aceptable.
La fachada del edificio está cubierta de infinitas varillas de acero
Las plantas del jardín conquistan poco a poco la dureza gris de las varillas
El telón de acero no llega a tocar el suelo
El auditorio está dividido en varias áreas separadas entre sí por muros
La mayor parte de las butacas ve el escenario literalmente a través de una ventana
Add new comment