Esta entrada es bastante extensa y probablemente algo enrevesada. Recomiendo tomarse la lectura con calma...
Primera semana de clase. ISAL (Introducción a las señales aleatorias). Conceptos básicos: El suceso imposible es aquel cuya probabilidad es identicamente nula. Ahora bien, ¿que significa cuando en la realidad se da algo que en la teoría es practicamente imposible?
Recorro el tramo de la línea 4 entre Arturo Soria y Avenida de América de Lunes a Viernes dos veces al día, a la ida y a la vuelta de clase. A distintas horas, según cada día. Desde hace un año, 2 meses y 6 días. Una de las cosas que más me llaman la atención es el increible número de personas que viaja en Metro (22.000 en una línea en hora punta, si no recuerdo mal)
¿Cual es la probabilidad de coincidir entre esas 22.000 personas con alguien que conocido? En un primer momento, podría parecer que alta, pero por lo menos a mi no me suele pasar. Que alguien conocido tenga que coger el Metro el mismo día, a la misma hora, en la misma línea, en la misma dirección es muy poco probable. Y que encima coincidas en el mismo vagón; diría que es el famoso "suceso imposible".
Al entrar en el vagón, no me fije en los asientos, ni siquiera para ver si había alguno libre. No me suelo sentar, sólo si hay realmente mucho sitio. No era el caso. Tampoco me fije en las personas. Muchas veces tiendo a hacerlo, pensando que no puede ser del todo el "suceso imposible" encontrarse con alguien. Pero nunca sucede. Esta vez, ni lo intenté.
Eran las 12:06 de hoy, 11 de Noviembre de 2006, cuando el tren arrancaba en Avenida de América. Había sido muy puntual. Seguía pensando en la pelicula: Saw III. Y sobretodo seguía preguntándome como es posible que yo haya ido a ver ese tipo de pelicula. Prosperidad. No subió ni bajó mucha gente, el tren siguió recorrido hasta empezar a frenar para detenerse en Alfonso XIII.
- ¿Adri?
Es surrealista. Dos estaciones. Kilómetro y pico. Tres minutos como poco. Y no había reconocido que a menos de dos metros, en uno de los asientos en frente de mi, estaba sentada Lara. Leyendo un periódico o una revista o algo asi.
Realmente increible, teniendo en cuenta la probabilidad del asunto. Al llegar a casa, unos minutos mas tarde, le empecé a dar vueltas y llegué a una interesante conclusión: Todo se debió a la lluvia.
El martes llovió mucho. Santi F. volvía del conservatorio de Arturo Soria y aprovechó para hacer una incursión en mi casa y agenciarse un paraguas. Me lo iba a devolver el jueves, pero no lo hizo porque al final tenía clase cuando supuestamente le iba a ver.
No hubiera insistido en el paraguas si no resultara que, por casualidad, le había dado uno que no era de casa, a su vez ya prestado y había que devolverlo. Por eso le llamé hoy para ver cuando me lo devolvía.
Dijo que iba a ir al cine con Santi M. a ver Saw III, y que si iba también, de paso me daba el paraguas. Yo nunca habría pagado por ver esas cantidades de sangre y vísceras, pero necesitaba el paraguas porque tenía que devolverlo.
Asi que fui al cine. Normalmente vamos a cines cercanos y no tengo que ir hasta Avenida de América para hacer trasbordo, pero el sitio más cercano donde ponían esa pelicula era La Vaguada. Además la pelicula era corta, no llegaba a las dos horas, es decir que salimos pronto (Justo a tiempo, más bien).
Nos habríamos quedado a cenar algo antes de volver, pero después de esa pelicula yo no tenía muchas ganas. Al volver, podría haber cogido la línea ocho en Colombia y luego la cuatro al revés. Pero no lo hice.
Segui con Santi F. hasta Cruz del Rayo, irónicamente hablando de probabilidades. No fui excesivamente rapido al hacer el trasbordo en Avenida de América, sino habría cogido el tren anterior que se me escapó por como mucho un minuto.
Con tanto tiempo de espera, podría haber ido hasta el fondo del anden, que al fin y al cabo me interesa, porque la salida en Arturo Soria está al fondo. Pero tampoco lo hice, me quedé a media altura. Y entre el segundo y el tercer vagón, elegi el tercero, no se sabe tampoco muy bien porque.
Y justo por esa combincación específica de hechos aleatorios, resulta que se cumple ese "suceso imposible". Y todo a raíz de que hace mal tiempo. En cierta manera irónico.
Puede que esta entrada parezca tener poco sentido, pero por un lado me llamó la atención que "el causante" al que al final he llegado sea el mal tiempo, y por otro lado, es una buena manera de volver directamente a los origenes del nombre de este blog :icon_wink: