No se lo que hubiera contestado si al volver de la Euskal 11, la primera a la que fui, me hubieran preguntado si en diez años seguiría asistiendo. La respuesta correcta hubiera sido que sí, ya que la semana pasada cumplimos ese décimo aniversario en la Euskal 21. Por si fuera poco, la casualidad quiso que estuviéramos exactamente las mismas personas que fuimos en 2003. Si hubiera podido ir todos los años desde entonces, hubiera sido mi undécima Euskal. Sin embargo, en 2010 no pude ir, por lo que el décimo aniversario ha coincidido con mi décima Euskal.
La Euskal desde el aire, grabado con un quadricóptero de Jueguetrónica
A veces me preguntan por qué voy: ¿no se hace aburrido estar cinco días en el ordenador, sin nada específico que hacer? ¿No es siempre lo mismo? Yo también me lo he preguntado y he llegado a la conclusión de que hay dos motivos. Por un lado, suelen ser los únicos días del año que puedo aislarme de todo y dedicarme a frikear. Por ejemplo, esta vez me apunté a un taller de programar un microcontrolador. Para hacer eso no me haría falta estar en la Euskal, pero solo ahí encuentro el tiempo para ello. Lo mismo le ocurre a los demás que van, de manera que además tenemos tiempo para hacer cosas frikis juntos.
Programé un contador de tiempo trabajado que además twitteaba estadísticas
Por otro lado, la Euskal es una red tangible. En casa también hay Internet y cada vez más rápido, pero ahí la red no es más que un cable que sale de la pared, por lo que uno no es consciente de la inmensidad a la que está conectado. En la Euskal, la red se puede ver y, a pesar de ser muchísimo mas pequeña que Internet, impresiona. Son "tan solo" unos 4000 sistemas, pero ayuda a ser consciente del orden de magnitud. Internet es cada vez más grande, más rápido, está en actividad continua y nunca para. La Euskal no es ni la punta del iceberg y aún así, ya es sobrecogedor.
Este año hubo 16 bloques con 256 puestos cada uno, excepto uno un poco más pequeño
La Euskal 21 en las noticias
El primer experimento de hacer huevos fritos en la plancha :D
Este año ha habido más actividades que nunca, sin faltar el Harlem Shake :P
Vuelta a Alemania: la costa con Pasaia, San Sebastian y Zarautz desde el avión
El Boeing 767 de LAN en el que llegué a Frankfurt a principios de la semana
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