"¿Diez cintas MiniDV?" - La dependienta creía haber entendido mal - "Si, diez". Realmente no estaba nada claro que nos fueran a hacer falta tantas, pero mejor no correr riesgos: Nos interesaba que todo saliera lo mejor posible. Al llegar a casa guardé las cintas dentro de la caja de la camara y puse a cargar la pila de repuesto.
Santi pasó poco después para recoger la camara: No me apetecía llevarla en el Metro a esas horas, sobre todo porque pone bien claro en la caja lo que hay dentro. "A las 23:30 en la pecera de Avenida de America; en frente de la farmacia." Quedaban pocas horas y todavía no me acababa de creerlo...
Por suerte me dio tiempo a cenar algo. Ese día fue una de las pocas veces que al salir de casa me miré en el espejo de la entrada: Negro de arriba a abajo, tal y como habíamos acordado - El camara ideal es aquel que es invisible... Eso no es factible (todavía), pero al menos hay que intentarlo.
Cuando llegué, Julio ya estaba esperando. Hacía un frío endemoniado y Santi llegó tarde. La esperá en tan gélido ambiente me causó uno de mis mareos tan típicos ultimamente. Desde luego no era el momentó más oportuno, pero por suerte se me pasó mientras Santi intentaba acordarse del camino: Tardamos un buen rato, ya que al fin y al cabo Fuenlabrada no está precisamente cerca.
La situación era curiosa: Un atasco en medio de una zona industrial a las doce de la noche de un sábado. Poco a poco ibamos avanzando hasta llegar al enorme aparcamiento. Dicen que caben hasta 6.000 personas y aquella noche preveían que se llenara. Era el último "concierto" en conjunto de dos personajes que se hacen llamar "Abel the Kid & Raul Ortiz" en la que dicen ser la mayor discoteca de la peninsula: Fabrik.
En condiciones normales el asunto no me hubiera atraído demasiado, pero todo cambia cuando tienes una camara en la mano y el permiso para grabar. El trato era sencillo: Nosotros hacíamos una grabación a multicamara del espectáculo, dando una copia de las cintas a Fabrik y a los protagonistas de la noche. A cambio ellos no exigían los derechos de la grabación, de manera que nosotros podemos utilizarla como material de demostración de los trabajos que hacemos.
Saltarse una cola tan sustancial como la que había esa noche siempre es gratificante, y más aún no pagar un duro y recibir a cambio una pulsera VIP. Entramos en el sitio, que basicamente es una nave industrial llena a reventar de focos, robots de luces, pantallas (giratorias), proyectores, láseres, máquinas de humo, barras luminosas, luces ultravioleta y todo tipo de cacharros similares que uno se pueda imaginar.
Fuimos directamente al sitio desde donde se controla todo eso: Se trata de una especie de balcón que cuelga de una zona elevada que se encuentra en uno de los extremos de la nave. Creo que nunca había vista tantos MacBook Pro juntos, aparte de innumerables mesas de mezclas para focos / proyecciones y dos cañones seguidores tremendos. Teniendo en cuenta lo que me vician esos bichos, se me hacía la boca agua...
Vista desde el balcón de control hacia el escenario cuádruple
Hablamos con el jefe de "visuales" para dejar las cajas de las camaras en uno de los cuartos técnicos. Nos presentó además al cuarto camara que grabaría con nosotros esa noche: Santi y él estarían en los laterales del cuádruple escenario y Julio y yo estaríamos al otro extremo de la nave en el balcón de efectos visuales. Los dos en el escenario estaban por lo tanto cerca de la acción y podían hacer las tomas de detalle laterales, mientras que Julio tomaba un plano general y yo hacía los primeros planos frontales que no podían hacer los demás.
El espectáculo comenzaba supuestamente a las dos, pero se retrasó hasta las tres. Mientras tanto estuvimos ajustando las camaras, poniendonos de acuerdo acerca de cuando iba a cambiar cada uno de cinta para no coincidir y probando distintos sitios desde los que grabar: Una de las cosas que me encanta de hacer estas grabaciones es que uno puede pasar por cualquier puerta sin que nadie diga nada, por mucho cartel de "No pasar" que haya...
A las tres empezamos a grabar: Todos los focos se centraban ahora en el escenario, donde tras una cortina de humo los protagonistas hacían su aparición. El volumen ya había sido atronador las horas anteriores, pero para mi horror el jefe de visuales, que estaba a mi lado, gritó por su Walkie-Talkie: "¡Más volumen!". Efectivamente, poco después se encendieron los altavoces que hasta entonces habían permanecido en silencio: Había configurado la camara para que grabara sonido al mínimo volumen posible y aun así los indicadores de nivel de audio casi llegaban a la zona roja de saturación...
En la hora y media siguiente se sucedieron los distintos números del show. Mientras tanto, en el balcón el caos llegaba a ser preocupante, sobre todo con los cañones seguidores. El jefe de visuales se desesperaba: "Ahora a Abel. ¡No! ¡A Abel, no a Raúl!" - "¡Más arriba!" - "¡A la derecha / izquierda!" - "¡Abre más el foco! ¡La cantante también tiene piernas, ¿sabes?!"
Poco después todas mis expectativas acerca de la grabación se superaron: Nos habían dicho que existía la posibilidad, pero como no se había preparado, supuse que al final no se hacia. Sin embargo, en medio del lio del show, el jefe me dijo / gritó: "¡Enchufa esto!". Sin podermelo creer enchufe el cable que me estaba dando en la conexión apropiada de la camara: "Audio / Video Out".
Al mismo tiempo también se enchufaban al sistema el otro camara y Santi: Los cables que nos habían dado iban a una de las mesas de mezcla de video y de ahí directamente a los proyectores de las cuatro pantallas principales que estaban en los laterales del escenario. Es decir, ¡lo que estábamos grabando se proyectaba en vivo y en directo! El asunto me estresó más de lo que imaginaba: Una cosa es grabar sabiendo que luego cortas todo lo que no haya quedado bien y otra muy distinta es ver como cuando mueves la camara ligeramente a un lado, la imagen en cuatro pantallas enormes frente a una masa de miles de personas también se mueve a un lado...
Por suerte, no creo que nadie estuviera prestando demasiada atención a las pantallas. Aun así, la situación era surrealista... Cuando el concierto terminó, mis brazos estaban doloridos de mantener la camara. Para cualquier otro tipo de grabación hubiera puesto la camara de video en un trípode, pero el jefe de visuales ya nos avisó que no tenía sentido intentarlo: El suelo vibra tanto que la imágen sale mejor si alguien sujeta la camara, ya que su cuerpo amortigua esas vibraciones.
Esta foto no es de la noche que grabamos, pero se ve bien la "masa" de gente...
Eran casi las cinco cuando terminó el show: Mientras descansabamos en los sofas de la privilegiada zona VIP, el jefe estuvo hablando un rato con nosotros, lo cual fue probablemente lo más interesante de toda la noche: Que tiene un estudio de edición y montaje profesional, que si queremos que nos pasemos por ahi para cortar el video, que además le sobra el trabajo y que tiene que subcontratarlo a otra gente, que hagamos un corte del video para que pueda ver que tal se nos da... Muy prometedor, la verdad.
Hacia las seis conseguimos salir de ahi con las camaras y ocho de las diez cintas grabadas. Aunque han pasado dos semanas, todavía no las he podido ver: En cuanto Santi me las pase pondré algunas fotogramas y haré un pequeño montaje. Dijeron que también nos iban a pasar las grabaciones que sonaron esa noche: Evidentemente, nadie quiere errores en una actuación en directo de tal calibre. Al fin y al cabo aquello había sido más que nada un show y tampoco se les puede exigir a los dos protagonistas que además de montar el espectáculo con las mesas de mezclas, los MacBook Pro, los teclados y demás artilugios, el sonido resultante sea algo útil.
Sin duda alguna, la experiencia de hacer esa grabación mereció la pena. De hecho, no me importaría repetirlo: No se si se me da bien, pero creo que es evidente que me gusta mezclar imágenes con sonido, y ¿que lugar podría ser más propenso para ello que uno en el cual musica, luces, efectos especiales, movimiento y personas se adaptan a esa mezcla?