Aviso: La entrada es bastante más larga de lo habitual, asi que recomiendo tomarse la lectura con calma...
Por suerte, todo acaba por llegar: La falta de entradas durante tres semanas se ha debido evidentemente a los exámenes, que por suerte terminé ayer. Tampoco he estado tan desbordado durante los últimos días como para no poder poner escribir nada, pero lo que pretendía poner como entrada inmediatamente posterior a la de "La tecla de OK" requería algo más de tiempo de lo habitual.
Me levanté de mi mesa de estudio: No podía seguir sentado. No tras haber leído eso. Estaba nervioso. Aquello no tenía ni pies ni cabeza: Entendía el contenido, entendía la forma, pero no entendía lo más importante: El porqué. Intentaba calmarme un poco andando por la casa. Encima del taburete había un libro. Me fijé en el título: "El caso de los anónimos" de Agatha Christie. Que ironía.
Me refiero evidentemente a los cuatro comentarios anónimos de la última entrada, en los que alguien me da con muy buena voluntad unos cuantos consejos acerca del tema del blog. Podéis (re)leerlos, pero no creo que encontréis nada que no supierais ya: El "que" siempre ha estado muy claro, el problema es el "como". Y en eso, la manera de ver las cosas del anónimo y la mia son completamente opuestas.
Supongo que esa es una de las razones por las que la interesante discusión acaba muriendo, aunque también reconozco que la culpa de ello es en gran parte mía: Mis contestaciones están siempre escritas a la defensiva, despreciando no siempre con razón las criticas del anónimo. No se si eso es reprochable, pero en cualquier caso no fue correcto por mi parte. Sin embargo no pretendo analizar ahora en detalle quien dijo qué y si estaba justificado o no: Dudo que eso sea de interés. Más bien pretendo centrar el contenido de la entrada en la "intriga" natural que conlleva cualquier anónimo: ¿Quién es el autor?
Como siempre, aquel día me retrasé: Para variar, el 120 había tardado una eternidad en pasar y cuando llegué ya se habían sentado en una mesa. Tras pedir la comida y comentar algunas frikadas habituales, Santi cambió radicalmente de tema y planteó la temida pregunta: "¿Adri, quien crees que escribe los anónimos?". No pude dar una respuesta concreta entonces y sigo sin poder hacerlo ahora. Pero al igual que durante casi toda la cena de aquel día, es posible jugar un rato "a ser detectives"...
Es usual que cualquier página web registre las visitas que tiene, pero como ya decía hace algunos meses, mi blog no realiza ningún tipo de estadísticas. Como además la página está alojada en una cuenta básica de AwardSpace, no tengo acceso a los registros del servidor web. Por lo tanto el único dato "informático" que tengo acerca del anónimo es la dirección IP que tenía cada vez que ponía un comentario.
Hace mucho que las direcciones IP se asignan dinamicamente cada vez que el usuario se conecta, pero desde que las compañías de teléfono le colocan un router a todo el mundo independientemente de que lo necesite o no, las IPs se suelen mantener bastante tiempo y por lo tanto son un dato útil. Sin embargo, a pesar de que las IPs siempre respondían a un "ping", no obtuve los resultados esperados:
-
Telnet: Una opción era intentar acceder al router del anónimo via "telnet" para averiguar algo, suponiendo que fuera un cliente que no hubiera cambiado la contraseña estándar de su router. Además a lo mejor hubiera sido posible establecer un túnel VPN a su red local y acceder asi directamente a su ordenador. Sin embargo, las IPs registradas no respondían a peticiones "telnet"...
-
Traceroute: En las peliculas de supuestos "hackers" que se cuelan en ordenadores ajenos, cuando la policia intenta localizarlos, se suele ver un mapa del mundo y como van rastreando la conexión. Semejante frikada está al alcance de cualquiera, ya que la aplicación "traceroute" (Linux) o "tracert" (Windows) hace precisamente eso. De esa manera me enteré que el anónimo se encuentra a nueve saltos de red IP desde mi casa: Sin embargo el rastreo no terminaba en un router doméstico, sino en un nodo de Telefónica.
Es decir, las direcciones IP registradas en los comentarios no son del anónimo, sino de nodos de la red regional de su ISP. Eso explica también porque no respondían a peticiones "telnet": Evidentemente Telefónica no abre esos puertos de sus enrutadores... Indagando un poco acerca de esos nodos solo pude descubrir que tenían soporte para Imagenio, pero poco más. Todo eso suena a que el anónimo utiliza algún programa típico de suplantación de identidad en Internet, que cambia su IP real por la del primer nodo al que se conecta. Eso no es nada sofisticado: De hecho, creo que Internet Explorer 7 permite hacerlo simplemente marcando la opción correspondiente durante la instalación, aparte de que hay programas a punta pala para hacerlo sin mucha complicación.
No cabe duda de que el intento tecnológico de desvelar quien es el anónimo no fue muy exitoso: Si estuviera ya en cuarto y hubiera cursado RDOR (Redes de Ordenadores), a lo mejor hubiera tenido un repertorio de maldades mas amplio que aplicar a esas direcciones IP... Pero como no es el caso, no me quedó otra opción que pasar a analizar en detalle los comentarios del anónimo para deducir más datos. Por ahora sabemos que:
Un aspecto muy importante es el "cuando": No me parece verosimil que esa entrada, supuestamente irónica, pudiera suscitar ese tipo de comentarios. Más bien parece que el anónimo puso los comentarios en esa entrada porque era la última, y que la motivación real fuera un suceso externo al blog. Curiosamente el primero de los cuatro comentarios fue puesto el 22 de Enero a las 22:12, es decir, poco después de que Rocho, a quien no había visto desde hace meses, hubiera pasado por casa para recoger el video digitalizado de su viaje a Japón. Además, el último comentario es del 27 de Enero, el último día que Rocho estuvo en Madrid. Sin embargo, si no me mintió, él se conecta via Ya.com, asi que no puede ser él, aparte de que si me quisiera decir algo así, no se andaría con tonterías y me lo diría directamente.
Pero los comentarios proporcionan muchos más datos, suponiendo que el anónimo no miente ni finge un vocabulario distinto al que suele usar:
-
Utiliza la palabra "chuminadas" para referirse a "tonterias", lo cual me sorprendió mucho, ya que no recuerdo haber oido jamás a nadie conocido expresarse así.
-
Sólo pone algunas tildes: Entendería que no pusiera aquellas que no se ven a primera vista, pero se deja por el camino algunas muy evidentes. Yo no me hubiera dado cuenta de ello, pero a Santi le llamó mucho la atención.
-
Sabe que no hago nada de deporte, ya que me recomienda encarecidamente que haga por lo menos un poco. Por cierto, en eso tiene probablemente bastante razón... :D También sabe que no bebo.
-
Muestra cierto desprecio frente a la tecnología: Habla de "chucherías electrónicas" y "los chismes estos". Eso descarta en teoría a unos cuantos de los que creo que leen habitualmente el blog... Aún así, conoce el GTA San Andreas y de hecho habla de ese juego con cierta familiaridad, denominandolo sólo "San Andreas".
-
Utiliza la segunda persona del plural en la expresión "un video de una vez que fuisteis al parque de atracciones", lo cual restringe de nuevo los posibles candidatos a ser el anónimo.
-
Conoce algunos de mis habitos que no he comentado explicitamente en el blog: Es cierto que si no tengo nada mejor que hacer me quedo en casa editando videos o haciendo cualquier otra frikada, y suelo cenar alguna asquerosa masa precongelada que en general tiene forma de pizza.
-
Dice que no me ve desde "hace mil años", lo cual suena a que me conoce del colegio. Sin embargo dice que "La vida universitaria para mi no tiene nada que ver con lo que tu haces", lo cual implica en teoría que sabe más o menos lo que hago ahora y por lo tanto es una contradicción. Sin embargo, es posible que lo de "mil años" no quiera significar tanto como dos años y medio... En cualquier caso delata con ello que también ha empezado a estudiar tras haber terminado el colegio.
-
Utiliza abreviaciones típicas de SMS y mensajería instantánea en un medio en el que no hace falta: "la verdad esq me he dado cuenta", "yo tp lo haria"... Por lo tanto escribe rápido y, como él mismo dice, según va pensando las cosas.
-
Tiene una imagen distorsionada de mi: Supone que me paso el día frikeando con el ordenador y editando videos, lo cual no es cierto. Eso puede deberse a que alguien que me suele ver ultimamente se lo ha contado exagerando un poco...
-
Se conecta por las tardes: Sus comentarios fueron posteados a las 22:12, 18:18, 22:00 y 19:57. Teniendo en cuenta que estabamos en época de exámenes, puede ser que se conectara siempre tras haber estudiado por la tarde.
-
Se harta con relativa facilidad, ya que su último comentario suena como si ya me hubiera clasificado como un caso perdido: "si su respuesta a eso es venirme con", "yo creo que no has cambiado nada en absoluto"...
-
Su forma de razonar parece más "emotiva" que "racional", sobre todo por su propuesta alcohólica. Por supuesto eso no es nada negativo: En algunas situaciones es una ventaja, en otras un inconveniente.
Haciendo una lista de las personas que podrian leer regularmente el blog y superponiendo todas las condiciones que se derivan de lo anterior, llego a la fascinante conclusión de que el anónimo es... nadie. "Ya, pero alguna suposición tendrás" me decían durante la cena que mencionaba antes. Pues no, no la tengo: Las posibles personas que menos restringidas quedan por las condiciones anteriores no tienen motivo alguno para escribir de pronto ese tipo de comentarios en plena época de exámenes, cuando cada cual ya tiene suficientes problemas como para preocuparse de los ajenos.
Es decir, habría que ampliar el conjunto de posibles anónimos con un criterio más amplio. Sin embargo entonces el número de posibilidades se dispara y ya no es factible aplicar un método de eliminación como el anterior. Tan siquiera es posible reducir el conjunto a (más o menos) la mitad, ya que el/la anónimo/a no ha utilizado nunca ni un sólo adjetivo referido a si mismo/a.
Aún así, parece ser que Medem si sabe con bastante certeza quien escribió los comentarios, pero por ahora mantiene su palabra frente al anónimo de no desvelar quién es. Por lo tanto parece ser que me voy a quedar con la duda, aunque a lo mejor vuelvo a recibir algún comentario parecido dentro de otros siete meses: Es curioso que el anónimo siempre haya escrito por ahora en época de exámenes, aunque la última vez si tuviera un buen motivo para hacerlo...
Espero que el anónimo no se tome a mal este "análisis" en caso de que siga leyendo el blog, pero tampoco me parece tan extraño que me interese saber quién es... En cualquier caso se trata de otra oportunidad más desperdiciada: Era una situación única que no se había dado antes, pero gracias a mis decisiones erróneas al contestar a los comentarios, no ha servido de nada. En vez de obtener resultados positivos de esa situación, la he destruido queriendo y sin querer al mismo tiempo. Una vez más.
En cualquier caso, agradezco mucho las opiniones de los que habéis comentado "El caso de los anónimos" tanto en la entrada anterior, como directamente conmigo. En fin, a pesar de tanto texto, sigue sin haber respuesta a la dichosa pregunta: ¿Quien eres, anónimo?