Suiza
La semana pasada no pude escribir ninguna entrada en el blog, ya que me fui de viaje. Fue una excursión muy intensa, ya que en dos días vimos un montón de ciudadas, pero fue muy divertido :) Eramos diez personas en dos coches y recorrimos más de 900 kilómetros: el recorrido empezó en Friburgo, que todavía está en Alemania, pero de ahí seguimos a Basilea, Zürich y Constanza, pasando por las cataratas del Rin y viendo el Bodensee. Aunque no tuvimos mucho tiempo en cada ciudad, nos dio tiempo a ver lo más llamativo de cada una. La verdad es que este tipo de viajes me encantan, ya que no son ni demasiado lentos ni demasiado agobiantes.
El mapa interactivo se puede ver aquí
Lo que más me llamó la atención en Friburgo es que todas las calles del centro tienen un pequeño canal lateral: no tiene más de 40 cm de ancho y es muy poco profundo. El agua no está estancada, sino que siempre fluye de un extremo de la calle al otro, por lo que muchos niños se divertían poniendo barquitos de madera en el agua para que recorrieran toda la calle. Supongo que los canales eran parte del antiguo sistema de saneamiento: vi a alguna gente vaciar cubos de agua sucia en ellos, asi que parece que todavía se utilizan hasta cierto punto. También vimos la catedral y una puerta de la ciudad con torre, muy parecida a la que se puede ver en Praga.
Encontramos una tienda en la que las banderas costaban el astronómico precio de 1 €
Por la tarde continuamos el viaje hacia Basilea, donde habíamos reservado un albergue para pasar la noche. La verdad es que el albergue estaba muy bien, ya que era muy nuevo y tenía WiFi gratis, aparte de EEE PCs de sobremesa para el que quisiera utilizarlos. Además había futbolín y sala de televisión, donde vimos un partido de fútbol que se jugaba en Madrid mientras cenabamos. Eso si, el albergue era de la YMCA, por lo que había una Biblia en cada habitación :D Además, como estabamos en Suiza, la Biblia estaba en cuatro idiomas: inglés, francés, alemán e italiano! Por lo demás, en el albergue no había ninguna influencia cristiana en especial.
En vez de "YMCA", intentamos escribir "BASEL" :D
En cuanto a la ciudad, está justo en la frontera entre Alemania, Suiza y Francia, por lo que algunas partes están en otro pais :D La parte que más me gustó fue un pequeño montículo al lado del Rin, en el que hay impresionantes mansiones a lo largo de estrechas callejuelas: las puertas entreabiertas dejaban ver pequeños patios y jardines, que probablemente tuvieran vistas al río. Eso si, aunque recorrimos todo el centro, apenas vimos gente en la calle. Incluso la plaza principal estaba casi desierta! A cambio, hay un montón de tranvías: unas amigas subieron a uno sin saber a donde iba, pero tuvieron la suerte de que les llevó directamente al hostal! :D
La terminal del EuroAirport está a medias en Francia y en Suiza
Al día siguiente fuimos a Zürich, que realmente me impresionó: es una ciudad estupenda! Eso si, algunos conductores de la zona son muy impacientes, ya que, mientras entrabamos en la ciudad, tuvimos a un coche detrás que parecía estar definiendo el tiempo negativo: pitaba incluso antes de que el semáforo estuviera en verde! Lo que más me impresionó de la ciudad fue el lago en el que desemboca el río que la atraviesa. Estuvimos un buen rato sentados al final de un muelle viendo los juegos de luces que hacía el sol al reflejarse en el agua, mientras pasaban todo tipo de barquitos de la gente que quería aprovechar el buen tiempo en el lago.
Había muchos cisnes, tanto en el lago como en el río
Antes de comer seguimos en dirección a Constanza, pero antes paramos en las cataratas del Rin: sólo pudimos verlas desde lejos, por lo que el salto tampoco parecía tan alto, pero a pesar de ello son las más grandes de Europa. Justo en el borde de las cataratas hay una roca enorme en medio del río, a la que se puede llegar en barco. Las vistas desde ahí deben ser impresionantes, pero no nos dio tiempo a subir: en cualquier caso, es un lugar sobrecogedor! Desde ahí fuimos a Schaffhausen para llegar finalmente a Constanza, que ya está otra vez en Alemania y se encuentra al borde del Bodensee, conocido en español como Lago Constanza.
Las cataratas del Rin, vistas desde la parte alta
Encontrar sitio para aparcar no fue nada fácil, por lo que tuvimos que ir hasta Suiza para dejar uno de los coches :D Al igual que en Basilea, la ciudad está repartida entre dos paises, por lo que al principio aparcamos un coche en cada lado de la frontera. La verdad es que es curioso ir andando por una calle y encontrarse de pronto con una línea blanca que delimita dos paises, pudiendo cruzar sin más. Fue un comienzo interesante para aquella tarde, aunque aun nadie imaginaba que acabaría en el famoso e histórico suceso del cartel del elefante, que intentaré reproducir en el próximo párrafo.
Ruth entra volando en Alemania :D
Andando por el centro de la ciudad, llegamos a una callejuela bastante estrecha, en la que había un cartel en forma de elefante que colgaba de una de las casas. Por casualidad, se enganchó en aquel cartel una pelota con la que estabamos jugando. Intentamos desengancharla lanzando otra pelota más grande, que poco después quedo atrapada en la trompa del elefante. Ni corta ni perezosa, Ruth se quitó las zapatillas para lanzarlas contra el cartel e intentar recuperar ambas pelotas. Entre tanto, la gente se paraba a mirar el espectáculo, y algunos incluso nos ayudaron probando a dar a las pelotas.
Notese la zapatilla volando, justo delante de la segunda ventana de la hilera
Al final cayó una, pero al intentar recuperar la otra, se volvió a enganchar :D Tras muchos intentos y aplausos de los transeuntes, conseguimos recuperar una de las dos pelotas, pero la otra se quedó. Vimos el resto de la ciudad y admiramos el Bodensee, que es tan grande que no se ve el otro extremo: sólo se vislumbran los contornos de las montañas que hay al otro lado. Para volver a los coches, teníamos que volver a pasar por la callejuela del elefante, por lo que hicimos un segundo intento. Sin embargo, esta vez fue más elaborado: en el camino de vuelta cogimos un montón de folletos, que pronto obtuvieron la forma de una pertiga... :D
Aunque en la foto no se vea, sin personas tampoco se ve el otro lado del Bodensee :D
Luna se subió de pie a hombros de Juanpa y, tras algunos intentos, consiguió alcanzar la pelota con la pertiga de manera que cayera. Unos niños observaron la operación con todo detalle y nos ayudaron a perfeccionar la pertiga: estaban encantados con el espectáculo! Una vez recuperadas ambas pelotas, pudimos empezar el viaje de regreso a Darmstadt. Al final llegamos poco después de las once de la noche, tras ganarle veinte minutos a la estimación inicial del GPS, aprovechando que en Alemania no hay limite de velocidad en las autopistas :D La verdad es que fue un viaje estupendo!
Luna era la "anxaneta" de la minitorre