El fin de semana pasado, mis tíos me propusieron una excursión espontánea al Limes, la frontera de 568 kilómetros que construyeron los romanos entre 83 y 260 d. C. para delimitar su territorio en lo que ahora es parte de Alemania. Debió ser una infraestructura impresionante: a lo largo de un terraplén continuo con pasos fronterizos, se alineaban torres de vigilancia cada 80 metros y fuertes cada 10 kilómetros. Casi 2000 años más tarde apenas queda nada, pero se han reconstruido algunos tramos y edificios en lugares donde se han encontrado restos. Nosotros fuimos a la Saalburg, un fuerte reconstruido al Norte de Frankfurt.
Entrada a la Saalburg, con estatua romana e inscripción en latín
Aunque en superficie no queda nada original, bajo tierra se esconden cientos de pequeños restos: partes de armaduras, sandalias, clavos, herramientas... Me llamó mucho la atención reconocer cosas que unos meses antes había visto en Roma, a más de mil kilómetros, como por ejemplo el sistema de calefacción en las termas (hipocausto). A pesar de que no es ninguna novedad que los romanos exportaron sus sistemas a todo su imperio, darse cuenta de ello uno mismo sobre el terreno le da mucho más significado que si uno lo lee en un libro de historia. De pronto, un hecho histórico se vuelve increiblemente interesante.
La visita al fuerte romano me recordó mucho la batalla inicial de Gladiator
Lo que más me impresionó fue darme cuenta de la dimensión temporal. En el viaje a Roma vimos muchas cosas de aquella época, pero más que al tiempo, las asociaba al lugar. Por ejemplo, no asimilaba el Coliseo como algo histórico, sino como un edificio de Roma. Al contrario, el fin de semana pasado no había viajado a ningún lugar lejano, pero estaba viendo una época muy distinta, por lo que fui mucho más consciente de como en un mismo sitio se superponen varias capas temporales. A menudo escribo acerca de lo increible que es todo lo que nos rodea, pero no solo lo es ahora, sino también en todo momento.
En los bosques alemanes se esconden los restos del terraplén
Eso multiplica lo fascinante que es todo por los miles de millones de años que se supone que lleva existiendo. Me resulta una sensación sobrecogedora.
Update: añado un plano de la Saalburg que me han pasado en el que se ve bien el diseño del fuerte y su emplazamiento con respecto al Limes.
Para verlo más grande, hacer clic aquí
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